Ayer me llevé una grata sorpresa; una lectora de La canción número siete ha disfrutado tanto de su lectura que se ha tomado la molestia de escribir una crítica muy emocionante en una web literaria llamada “Autoras en la sombra”. Creo que esta lectora ha sabido definir muy bien con sus palabras las características que definen a La canción número siete, y por eso os la pongo a continuación. Lo cierto es que son este tipo de comentarios los que hacen que una escritora novel no se desanime y quiera seguir intentando encontrar una editorial que apueste por sus novelas.
Un saludo a todos!
Esta es la crítica que una de mis seguidoras escribió en “Autoras en la sombra”:
“Bueno, ésta es una de esas joyas que no te esperas. Para empezar, no te esperas porque no las compras, porque están públicamente abiertas a quien quiera leerlas, y eso siempre es un regalo.
Si me vais a hacer caso y leer este libro después de mi crítica, primero he de deciros que dejéis de lado todos los convencionalismos. Olvidad las novelas románticas express, de acciones rápidas. Que son preciosas y efectivas, pero no funcionarían en La canción número 7. Ahora pensad en una novela que se lea poco a poco, de la que bebes a sorbos cortos. Hace falta retenerla y saborearla, ver pasar los episodios y comprender la compleja lógica de sus personajes.
Porque, si algo tiene de especial este libro, son sus personajes. Intensos, arraigados, con una evolución coherente y lenta, con sus altibajos y sus emociones perfectamente descritas. Blanca y Carlos son de ésos a los que no se olvidan. La manera en que ella se protege de lo que siente, la forma en que él lucha por entenderla y agradarla… Puffff Además, e ellos los van a acompañar unos paisajes e imágenes que te situarán perfectamente en la trama y algo que es completamente novedoso a lo que “literatura romántica adulta” se refiere: el poder de la música.
Las letras de las canciones marcarán los episodios, los sentimientos y los momentos. Es una simbiosis realmente extraordinaria, mezcla de ternura y aprensión.
Muchos catalogarían -exceptuando por las escenas de sexo- la novela dentro del marco juvenil, puesto que los protagonistas tienen un ambiente bastante más cercano a la adolescencia que a la edad adulta. No obstante, la oscuridad que hay en ambos y la progresiva comprensión de lo que significan a mí me hacen decantarme por una literatura bastante más adulta que otras muchas colmadas de escenas sexuales pero con menos contenido. No sólo es la representación que se hace del amor, sino de la familia, la amistad, la madurez…
Lo dicho, un regalo que no te leerás en una tarde. Es demasiado intenso para querer avanzarlo en tan poco tiempo. Espero de corazón pagar un día un libro de Lena Blau. Será para mí todo un privilegio.”