Este sábado 29 de junio Coca-Cola va a celebrar San Bartolo con una serie de actividades culturales para animar a la gente a que vuelva a los bares, esos lugares de encuentro y distracción donde muchos de nosotros pasamos gratos momentos.

Yo misma he pasado muchas horas en uno de ellos, atrincherada en una esquina con el portátil sobre la mesa. Un café y miles de ideas flotando alrededor transformándose en palabras y dando vida a La canción número 7. En muchas ocasiones, donde mejor encontraba la inspiración para continuar con la historia de Carlos y Blanca era en La Figal de Pablo, un bar-restaurante situado en mi barrio donde me siento como en casa. Cuando me ven entrar no tengo ni que pedir el desayuno; saben exactamente lo que tomo cada mañana y enseguida tengo un café con leche humeante y una riquísima tostada sobre la mesa.

Por eso, cuando Coca-Cola me preguntó si quería formar parte de esta iniciativa, no lo dudé. Escribir un monólogo sobre la cultura de los bares en España no iba a ser difícil porque yo soy de esas personas que siempre se ha refugiado en ellos para escribir, leer o conversar con buenos amigos. Tanto en España como en las ciudades en las que he vivido en el extranjero, siempre ha habido un bar que ha sido mi refugio. Me gusta el aroma a café, las tostadas recién hechas y el murmullo de las conversaciones que me rodean. Y los bares que más me gustan y los que más he extrañado han sido los de aquí, ¡porque huele a churros, a buen jamón y  las conversaciones suben de decibelios con mucha facilidad!

Por eso os animo a todos a que este sábado 29 de junio salgáis a tomar algo a los bares de vuestros barrios. Y a los que estéis en Madrid, os invito a que os acerquéis por la plaza de Santa Ana, donde podréis escuchar a un personaje recitar el relato que he escrito para esta ocasión llamado El bar de Antonio junto con los de otros escritores como Espido Freire y J. Eduardo Benavides. En la plaza de Malasaña, la Latina, y la plaza de Oriente habrá otros monólogos de más compañeros. También habrá pasacalles, charangas y un concierto de Nena Daconte, por lo que os recomiendo pasar la tarde deambulando por el centro de la capital porque va a ser muy interesante.

Para los que no podáis ir a escuchar mi breve relato inspirado en el encanto de los bares, la semana que viene os lo dejaré leer en el blog 😉

 

 

 

 

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