Sí, esta noche llevo música en el corazón, y éste me late más deprisa.
Acabo de llegar del concierto de Coldplay y todavía tengo las letras de sus canciones susurrándome al oído. La magia de su música se ha adueñado de mi alma. Esta noche más que nunca soy víctima de su embrujo. Si sus canciones ya me gustaban, después de vivir en directo el magnetismo que desprenden me he quedado sin palabras para describirlas. Lo voy a intentar, pero el intenso abanico de emociones que te provoca un concierto tan alucinante sólo se puede entender si lo vives en tu propia piel.
Fuegos artificiales; luces de miles de colores; una guitarra desgarradora; un ritmo frenético; una voz perfecta; y en medio de esa vorágine de sonido y locura, tu corazón latiendo a mil revoluciones.
La piel de gallina.
Miles de personas sintiendo lo mismo, convertidas en una sola bajo el húmedo cielo de mayo en Madrid.
La canción número siete comienza con una canción de Colplay: Viva la vida.
Aevum termina con otra del mismo grupo: Every tear is a waterfall.
Y es que si escribir es mi pasión, la música es la chispa que enciende el motor de mi creatividad. Por eso esta noche os quiero dejar unas palabras de esa canción que me ayudó a terminar Aevum:
“I turn the music up, I got my records on
From underneath the rubble sing a rebel song
Don’t want to see another generation drop
I’d rather be a comma than a full stop
Maybe I’m in the black, maybe I’m on my knees
Maybe I’m in the gap between the two trapezes
But my heart is beating and my pulses start
Cathedrals in my heart”
Yo también prefiero ser una coma que un punto y final. Nada es definitivo, ya que mientras sigamos vivos todo puede cambiar. Y aunque nos encontremos heridos, de rodillas, siempre podemos encontrar una razón para volver a levantarnos y seguir escribiendo la historia de nuestra vida.
Os dejo un video de esta canción y como siempre, os deseo buenas noches y dulces sueños…