Hoy es la noche más corta del año… O el día más largo; todo depende de cómo lo queramos ver.
Ha llegado el verano… O el invierno; una vez más, esto depende de dónde estemos.
Todo es relativo. Unos vivimos en el hemisferio norte, otros en el sur. Pero lo importante no es dónde nos encontremos geográficamente, sino nuestra actitud ante la vida. Las monedas siempre tienen dos caras, y nosotros debemos elegir con cuál nos quedamos.
Podemos optar por decidir nosotros mismos qué decisión tomar o, por el contrario, jugarnos nuestro destino a cara o cruz. Soy de esas personas que cree que lo que nos depara el futuro se debe en gran parte a las decisiones que vamos tomando a lo largo del camino. No obstante, hay momentos en la vida que ante una encrucijada tenemos que arriesgarnos… tirar esa moneda al aire y que sea ella quien decida por nosotros cómo seguir.
Sea como sea, lo importante es no mirar atrás salvo para recordar las cosas bonitas. El arrepentimiento es una losa que nos impide prosperar.
Así que esta noche, la más corta o la más larga, según donde estemos, contemplo las estrellas que se ven desde mi jardín y les pido que me concedan el deseo de ver mis sueños cumplidos.
Esas estrellas las vemos todos, sin importar dónde vivamos. Sólo tenemos que abrir bien los ojos para disfrutarlas. Y aunque haya alguna nube que nos impida verlas, lo importante es que están ahí, aunque la noche sea plomiza y lluviosa.
Bueno, por hoy no me extiendo más. Voy a irme a dormir y a renovar mis sueños para seguir viviendo mañana con una pizca de ilusión. No todos los días lo consigo, ya que a veces las preocupaciones me desvelan y no me dejan ser optimista. ¡Pero lo importante es intentarlo! Quizá hoy tenga pesadillas y eso no lo puedo evitar, ya que en mi subconsciente yo no tengo autoridad. Sin embargo, sé que hay noches en las que mis sueños son el reflejo de mis esperanzas y no de mis miedos, y es a ésas a las que me aferro para seguir hacia delante.
Antes o después llegará lo que tanto ansío. Mientras tanto me conformo con las pinceladas de ilusión que me ayudan a seguir luchando.
Donde yo vivo ha llegado el verano, ¡así que estoy más que dispuesta a darle la bienvenida y disfrutarlo!